Medir implica realizar una comparación. Dicha comparación puede ser: directa, entre aquellos objetos portadores de la magnitud que se considera, o indirecta, por medio de una unidad elegida, que puede ser convencional o no.
Durante el proceso de adquisición de la noción de la medida, los niños:
• Comparan visualmente objetos en función de una misma propiedad física. Establecen relaciones (mayor que, menor que, igual que) pero sólo a partir de estimaciones.
• Comparan objetos en función de una misma propiedad física estableciendo también relaciones de equivalencia y de orden, pero utilizan partes de su cuerpo o diferentes elementos externos para determinarlas. Estos elementos los eligen primero libremente y luego comienzan a tomar decisiones sobre cuáles son los más útiles.
• Miden objetos utilizando unidades de medida no convencionales y expresan el número de veces que estas unidades están contenidas en ellos. Comienzan a familiarizarse con algunos instrumentos de medición de uso social, pero no comprenden la relación entre los números que figuran en ellos y las unidades convencionales que permiten realizar las mediciones.
Para iniciar a los niños en los procesos sociales de la medida, se deben dar la oportunidades para que puedan relacional aquellos conocimientos que construyeron en el entorno cotidiano sobre mediciones y medidas de diferentes magnitudes (longitudes, capacidades, peso, dinero, tiempo) con los contenidos de enseñanza y, de ese modo, ampliarlos.
Se trata entonces de favorecer el pasaje de un pensamiento dicotómico (chico-grande; mucho-poco; largo-corto; etc.) a uno más vinculado a la relatividad de las magnitudes.
Es decir, pensar en situaciones que permitan establecer relaciones del tipo:
• “dionileicy es mas alta que yo pero más baja que dionarlin”;• “la biblioteca es más larga que la pared donde hay que ponerla, así que no entra”;• “el tiempo que tardamos en dar la vuelta al patio es mayor que el que tardamos en recorrer la sala”;• “la masa para el pan es más pesada que la pasta para hacer bombones”.
Estas relaciones pueden ser promovidas tanto a partir de situaciones especialmente diseñadas para ese fin, como utilizando situaciones cotidianas en la que las medida son necesarias.
Se pueden plantear algunas situaciones en las que los instrumentos involucren unidades de medida no convencionales (tiras de papel, varillas, etc.), así como otras en las que será necesario enfrentar a los alumnos con la necesidad de medir con unidades convencionales.
Algunos ejemplos...
poner a los niños a medir el ancho del salon con los pies, para saber la medida.
colocar objetos de diferentes tamaño para que el niño lo coloque de mayor a menor.
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